Meritorio. El Sabadell consiguió salir indemne, una vez más, de Montilivi. No ganó, pero ofreció una imagen de consistencia y seriedad que permite observar el futuro con un ligero optimismo. Los de Juan Carlos Mandiá ataron corto al conjunto rojiblanco e incluso en algunas fases del encuentro dominaron la situación y llegaron con peligro al área de Becerra. Faltó, eso sí, mayor mordiente para decantar la balanza. Ya son 7 desplazamientos seguidos sin ver puerta. La primera mitad fue de alternativas. Empezó mandando el Sabadell y tras la lesión de Hidalgo, sustituido por Yeray, llegó la reacción de un Girona que gozó de la mejor ocasión en un defectuoso despeje de Nauzet. El balón rebotó en Sandaza y se marchó fuera por centímetros. Después, el canario desvió buenos disparos de Granell y Felipe. Acabaría sufriendo el equipo arlequinado en la recta final de la primera mitad, pero se rehizo tras el descanso y durante 20 minutos se impuso con autoridad. Parecía factible el 0-1. De hecho, lo tuvo Aníbal en un cabezazo ligeramente desviado por encima del travesaño. Se repitió la historia del primer período con la respuesta del Girona, envalentonado por un público que veía como los resultados de los rivales directos en la zona de privilegio le eran favorables. Un cabezazo de Ramalho al palo sería la mejor opción local en una acción de estrategia. Por lo demás, el Sabadell defendió de forma impecable, con un Kiko Olivas imperial. También Cristian cuajó un buen partido, peleando a muerte por cada balón. Curiosamente, en la recta final llegó con más peligro el Sabadell. Primero a Collantes se le anuló un gol por fuera de juego (por poco) y ya sin Aníbal, que se marchó tocado, llegó un buen centro de Clerc que Lejeune despejó bajo palos cuando Sotan se disponía a rematar a la red. En cualquier caso es un punto que, esta vez sí, permite recortar con varios equipos de la zona baja y da moral de cara al próximo encuentro en casa ante el Mallorca. La Creu Alta volverá a ser vital para seguir aspirando a la permanencia. El Sabadell demostró en Montilivi, con el respaldo de unos 300 seguidores, que continúa muy vivo. Tambien lo cree su técnico, Juan Carlos Mandiá, quien elogió el trabajo del equipo y volvió a insistir que 'estos puntos fuera serán excelentes cuando se gane en casa'. Por otra parte, en el palco estuvo, por sorpresa, el presidente Keisuke Sakamoto, acompañado de un amplio séquito japonés. Según explicó el consejero Antoni Reguant, 'hablamos de las posibilidad de invertir y empezar a marcar la línea a seguir en el futuro'.
