Primera derrota en esta Liga. Injusta a tenor del juego y la cascada de ocasiones que generó el Sabadell en la segunda mitad. Acabó pagando muy caro los últimos cinco minutos fatídicos del primer tiempo en que perdió los papeles y facilitó al Cornellà una ventaja demasiado amplia. Fue un partido trepidante, de máxima intensidad y en que la estrategia, como se esperaba, fue decisiva en la 'ratonera' del Municipal barcelonés que registró una gran entrada, con amplia presencia de seguidores sabadellenses. Lástima de ciertos incidentes antes del partido fuera y durante la primera mitad ya en el recinto. En este primer período imperó el juego directo. Mucho balón en el aire y poca fluidez. El Sabadell pegó primero. Forniés aprovechó un rechace en un córner para empalmar una sensacional volea de zurda inapelable. Sin embargo, la alegría duró poco, apenas 2 minutos. Una falta inventada por el colegiado permitió a Xavi Pelegrí enviar el balón a la escuadra. Otro gol de un exarlequinado que celebró provocativamente en la zona de los seguidores sabadellenses. Después, más bien poco. Hasta que en el m. 43, Enric Gallego se anticipó a marcador y un dubitativo Craviotto en un córner para hacer el 2-1. Ello originó un desconcierto defensivo que el propio Gallego aprovechó para lograr el 3-1 e incluso Craviotto evitó el cuarto. Todo apuntaba a debacle, pero el descanso serenó ánimos y la segunda mitad se convirtió en un monólogo arlequinado. El tempranero golazo de Pol Roigé, de gran tiro cruzado, dio aire y esperanzas. El Sabadell creyó en la remontada y se volcó. Fue un acoso... sin derribo. Miguel Alvarez puso toda la pólvora sobre el campo entrando Bruno, Osado y Alex Cortell. No faltaron ocasiones, algunas clarísimas. Faltó algo de tranquilidad y también fortuna, sobretodo en un zapatazo de Bruno que escupió el travesaño. Además, el cancerbero Marcos se erigió en el héroe de los suyos desbara
tando hasta cuatro balones con marchamo de gol. Hizo intervenciones casi imposibles entre la desesperación de una afición sabadellense que pese a la derrota, volvió a despedir a los suyos entre una atronadora ovación premiando así su entrega y pelea hasta el último suspiro. El empate habría sido lo lógico, pero en el fútbol sólo vale el gol. Hay que quedarse con esta imagen aunque hay detalles por pulir y no es muy normal que 4 goles fuera de casa sólo hayan servido para sumar un punto. La próxima cita en la Creu Alta, el domingo, ante la Pobla de Mafumet.
