Democracia y espíritu democrático

Publicat el 25 de novembre de 2010 a les 18:51
Actualitzat el 12 de juny de 2018 a les 17:16
A mi modo de pensar y entender, la ciudadanía, no el pueblo, es el sujeto agente y paciente de los regímenes democráticos “que es fan i es desfan”. Los ciudadanos eligen a sus representantes políticos y, según ilustres hijos de la Ilustración, éstos deben actuar en procura del bien general, aquello que es bueno, sano y provechoso para el conjunto de la sociedad. Eso significa que la ciudadanía, después de elegir a sus dirigentes políticos, debe velar en todo momento por el recto proceder de éstos y actuar en consecuencia. En democracia, la ciudadanía tiene siempre la primera y la última palabra. Al menos, en teoría. Yo me tengo ante todo  por un patriota español (lamentablemente la cabeza no me da para más) y dejo lo democrático para ese ámbito privado en el que uno decide qué quiere ser y cómo quiere estar en este mundo (Dasein). ¿Acaso no nace ahí el espíritu democrático?