Refundación

Publicat el 27 de setembre de 2011 a les 17:56
Actualitzat el 08 de juny de 2018 a les 10:29
Esquerra abre una nueva época y se replantea su estrategia con un nuevo equipo  y una nueva política. Es el volver a empezar, otra refundación obligada por una deriva muy negativa. De momento ha procedido a enterrar una generación de dirigentes caídos en combate, unos políticos que pagan con sus cargos la responsabilidad del partido en los catastróficos tripartitos. ERC resucita con gente nueva que pretende volver al primer plano como si la etapa anterior no le concerniera. Con todo ello el partido confirma su capacidad, digna del dios Saturno, de devorar a sus propios hijos. La moderna ERC ha sacrificado líderes de forma incesante, desde Barrera a Hortalà, pasando por Colom, Carod-Rovira y Puigcercós, una larga historia de luchas intestinas y purgas que han lastrado al partido. Ese afán destructivo ha servido más para disgregar que para sumar y es una manifestación clara de la desorientación estratégica, una encadenamiento de errores, que ha marcado el devenir del partido. Dicen que en ERC anidan varias almas, la de esquerra y la republicana, que hoy cotiza a la baja, sin olvidar la supranacionalista que parece ser la que ahora se impone. El objetivo es reactivar el polo independentista y unir a los hermanos separados. El poder por el poder ha dejado de ser la meta, sustituido por el señuelo de la independencia. Los errores políticos se pagan electoralmente y los grandes errores pasan una factura tremenda; eso es lo que le ha pasado a ERC. Esquerra busca su espacio político, lo que implica determinar dónde se quiere estar, y se enfrenta al difícil reto de dejar atrás una historia azarosa.