AITOR FRANCÉS, ESCAPISTA: «No requiere tanto engaño como habilidad»

Uno de los pocos escapistas de España vive en Sabadell, enamorado de una catalana. El toledano de La Estrella de la Jara, Aitor Francés Vintró, 23, que ha trabajado en mil cosas y vivido en mil lugares, se zafa cada domingo por la tarde, en algún punto de la Rambla, de tantas cuerdas, cadenas, esposas y grilletes como el público le ate a su cuerpo. La gente te ha aplaudido a rabiar. ¿Por qué dices que has fallado? Porque el reloj me ha vencido. El público me ha dado sólo 1 minuto y 10 segundos y yo debería haber negociado 1’20. Con nudos tan fuertes, ése era el tiempo que necesitaba. Pero si todo el mundo ha quedado entusiasmado. Sí, pero me quedaba un último nudo en la pierna Necesitaba esos diez segundos. Me sabe mal porque de más de cien veces que he hecho este número, sólo he fallado dos veces contando ésta, ¡leñe! ¿Cómo te metiste en esto? Empecé de ilusionista en Puerta del Sol y Parque del Retiro de Madrid. Pero no era muy bueno. Aprendiste. Un día un señor del público que se carcajeaba de mi, al final se apiadó, me invitó a un café y me contó los secretos del arte de la calle. ¿Y eso? Me invitó a ver otros artistas callejeros y me hizo fijar en su dominio del espacio escénico, el discurso, la llamada de atención del público, el arte de pasar la gorra... todo está perfectamente medido. ¿Y de ahí al escapismo? Porque nadie hace escapismo. Todos lo hemos visto en películas o reportajes, pero nunca en vivo. Muchos magos consideran que el escapismo impresiona poco. Pues aquí nos hemos quedado todos bastante impresionados. ¡Por supuesto! Es la única parte del ilusionismo que no requiere tanto engaño como habilidad. ¿Cómo se aprende a ser escapista? Ganándote la confianza de otros magos y hablando mucho con ellos, viendo vídeos en inglés, leyendo libros muy caros y difíciles de conseguir y, desde luego, practicando. Llevo cuatro años ensayando mucho. (SEGUIR LLEGINT A CAC.DRAC.COM)