Tres semanas después de anunciar el Club Natació Sabadell de acabar su relación con Nani Guiu, el mejor entrenador de la historia del deporte local, ambas partes escenificaron el adiós. Nani estuvo acompañado por su pareja, Susana, los técnicos de la casa como su segundo Jordi Millán, el entrenadpr del masculino Chava Gómez. También por la amplia mayoría de jugadoras que tras casi 3 semanas de entrenamiento con la selección en Sierra Nevada no se quisieron perder la despedida de ‘su’ entrenador.
De una manera elegante. Nani Guiu no ha querido en estos 21 días realizar ninguna declaración sobre una decisión que traspasó las fronteras. El propio Haris Pavlides, entrenador del Olympiacos, el único equipo que le ha ganado al Club en la Final Four nos mostró personalmente su sorpresa al conocerse la destitución.
«Está claro que mi voluntad era seguir. Fue una decepción muy grande y no me lo esperaba. Tampoco me dieron opción por si quería continuar» fue la respuesta clave de Nani Guiu. El Club hizo una puesta en escena transparente. Lo que tocaba con una despedida a la altura. El presidente Claudi Martí respondió a todas las preguntas. No se podía entender un adiós en silencio.
En la negociación para la rescisión de contrato primó la voluntad de Nani. El técnico quería seguir e incluso ya había comenzado a planificar la temporada con contactos por ejemplo para la continuidad de Kiley Neushul. El Club le ofreció un puesto en la entidad pero «tras conducir un Fórmula 1 no quería llevar un kart» en un simil que puso el presidente Martí.
Se le preguntó si la decisión había sido económica. «Todo en la vida depende de la economía. Y desde que llegamos en enero a la presidencia tenemos claro que no podemos estirar más el brazo que la manga y nos debemos entre otros a los socios, a los acreedores. Estamos redistribuyendo equitativamente los recursos».
